La Tapadera, Woody Allen
25 agosto 2022
He tenido el placer de ver numerosas películas,-algunas notables- de Woody Allen, pero esta se me había escapado.
Me sobrecogió la penosa actualidad de la trama de un film de 1976, ambientado en los tenebrosos años cincuenta, los del macartismo nortemericano. El espíritu de los recientes fallos de la corte suprema estadounidense, la de Trump, se parecen como dos gotas de aceite a las “audiencias” reproducidas en la pantalla. Hoy y ayer, la demonización del que osa pensar por su propia cuenta, la descalificación, que puede alcanzar la negación de la existencia de los etiquetados de subversivos o de comunistas.
Allen brilla como actor. Empieza como un “nadie”, cajero de un oscuro bar restaurante, que hace malabares para pagar sus deudas de apostador desafortunado hasta que aparece un desesperado ex compañero de colegio, entretanto brillante escritor de guiones de TV. Este ha sido colocado en la lista negra de los chacales macartistas y por tanto impedido de continuar produciendo sus celebrados textos. El personaje de Woody accede a prestar su nombre desconocido para entregar a los productores de los programas los aclamados guiones de su amigo. Pronto se suman su “clientela”otros guionistas a su “clientela” que corren igual suerte. Surge un romance con una comprometida chica de la televisora, a la que se le vuelven intolerables los maltratos de los perseguidores y renuncia a su posición.
El inicialmente “pragmático”Allen muestra primeras señales de afectación, hasta que paulatinamente emerge un hombre consciente de la repelente situación, que sin proponérselo, se encuentra a sí mismo, a lo mejor de su sí mismo.
Lo más genuino de él abre paso a una desenfadada soltura que descompone a los soplones a los que literalmente manda a tomar por el culo y que finalmente lo convierte en un paladín.